Muchas veces me he encontrado con emprendedoras que no han valorado lo importante que es la imagen de su marca a la hora de lanzar sus proyectos, no han sabido transmitir coherentemente lo que ofrecen y han ido improvisando sobre la marcha. El resultado una marca débil que no fideliza a sus clientes por ende no vende, no crece, ni logra esos objetivos deseados.